No porque veas allí a mucha gente dibujando -yo nunca vi a nadie aparte de mí- sino por su ambiente (su arquitectura, su tamaño, su estética como de hace un siglo...) que casi "pide" tertulias literarias, fotógrafos, dibujantes... Además tiene puerta al Teatro Jovellanos funcionando como ambigú en los entreactos, y raro es el artista de gira que no pasa por allí.
En 2013 cerró (eso fue un mal trago para muchos gijoneses), pero afortunadamente hace un año volvió a abrir, con nuevos dueños y remodelado:
El viejo Dindurra |
El nuevo Dindurra |
Como puede verse, la remodelación ha sido respetuosa en muchos aspectos.
Eso sí : Fulminaron la zona de los ajedrecistas -que era mi preferida!- poniendo en su lugar taburetes y mesas altas (para que la gente se apalanque menos, supongo)...
Como era inevitable, también se nota un cambio de ambiente: El actual queda reflejado en su facebook, muy distinto del ambiente de antes que era más familiar, y que ahora sólo podemos rememorarlo viendo el entrañable blog de Manuindiana.
Pero la melancolía es un sentimiento muy poco vital, así que volvamos al presente:
El Dindurra a la hora del vermú sigue siendo un buen sitio para dibujar gente variada. Especialmente en sábados y domingos no es raro ver familias enteras reunidas, desde el abuelo en silla de ruedas al bebé en carricoche. Aquí van algunos dibujos recientes (otro día pondré antiguos):
Esperemos que los nuevos dueños amorticen la gran inversión que hicieron y tengamos Dindurra para muchos años más, porque para la ciudad no cabe duda que es una suerte conservar un sitio así.
El aplacao de maderona oscura ye un mazacote que deja los sitios con ventana muy raquíticos. Tanto diseño y al final... yera más agradable como taba antes.
ResponderEliminarPero también hay que reconocer que ahora ofrecen más cosas, por ejemplo actuaciones musicales todos los sábados, restaurante moderno...
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